Las gestoras de cooperativas hacen frente común frente a las dificultades

Fuente: expansion.com

Las principales gestoras de cooperativas de vivienda acaban de unirse en la AGV (Asociación de Gestoras de Vivienda). Aseguran que los retrasos que una gran parte de desarrollos están sufriendo en las grandes capitales no son el único motivo, pero sí uno de ellos.

Hace unos años el tipo de vivienda que gestionaban las cooperativas de vivienda estaba muy cercana al 80% de vivienda protegida mientras que ahora el porcentaje ha bajado hasta cifras inferiores al 50%, lo que demuestra que las cooperativas de viviendas se han convertido en una opción para acceder a una vivienda nueva cualquiera que sea su tipología.

La fórmula de la cooperativa permite intervenir a los cooperativistas -futuros propietarios- en todo el proceso de promoción además de acceder a la vivienda en propiedad de una forma en general más económica. Pero también entraña unos riegos, por lo que la mayoría opta por apoyarse en una gestora que les asesore en el proceso. El proyecto de las gestoras es por tanto llevar a buen puerto los proyectos inmobiliarios de las sociedades cooperativas que ellos mismos propician o de otras que les encarguen estos servicios.

Las grandes gestoras de vivienda han decidido asociarse bajo la AGV (Asociación de Gestoras de Vivienda). En el momento esta asociación se encuentra integrada por 12 gestores, (la mayoría de Madrid) pero tienen claro que es un punto de partida y que la asociación irá creciendo. También dejan claro que no están todos los que han querido hacerlo, ya que las empresas que pasen a formar parte deben demostrar una gestión profesionalizada y cumplir con un código deontológico que deje fuera a intrusos del sector o empresas con malas prácticas. Ni tampoco todos los que deberían estar, por lo que no quiere decir que todas las gestoras que no estén no cumplan esas buenas prácticas.

La asociación de este tipo de empresas no es nueva, ya en 2004 se juntaron bajo el nombre de GECOPI (y anteriormente bajo el de GECOVI), entidad que perdió peso en 2010.

Momento crucial

Preguntados por si el momento elegido para volver a buscar sinergias y cooperación tiene que ver con las dificultades que están sufriendo algunos proyectos (como Metropolitan de Cuatro Caminos, que tras el cambio de gobierno municipal ha sufrido el cambio de criterio del nuevo consistorio), la Asociación afirma que es un tema que les preocupa, pero no es el único motivo de su unión.

La principal, sería la de ser una voz de peso en todo aquello que concierne a la promoción de viviendas en régimen cooperativo y ofrecer colaboración a todos los estamentos implicados: Administraciones, entidades financieras, sectores profesionales, aseguradoras y la ya existente Federación de Cooperativas. Para distinguirse de esta última, aclaran que ésta defiende los intereses de las Cooperativas como colectivo general; pero la AGV aspira a hacerlo también de los intereses de cada cooperativa, como ente propio, y de los intereses de las gestoras de cooperativas.

Seguridad y garantía de las cuotas

El otro gran punto en el que la Asociación trabaja ahora es el de dar garantía a las cantidades entregadas por los cooperativistas antes de obtener el proyecto la licencia de obra. Y es que la Ley 20/2015, de 14 de julio, modifica varios preceptos de la Ley de Ordenación de la Edificación, siendo la principal novedad la derogación de la Ley 57/1968, de 27 de julio, sobre Percibo de Cantidades Anticipadas en la Vivienda.

Así, desde este mes de enero las cantidades entregadas por cualquier comprador antes de que el promotor o la cooperativa tengan concedida la licencia de obra no estarán garantizadas por ley a partir del 1 de enero de 2016. Por ello desde la Asociación están al habla con distintas compañías de seguros para buscar fórmulas que cubran este periodo.

Escasez de suelo finalista, el gran problema de Madrid

La Asociación está integrada en estos momentos por las siguientes gestoras: Aliaria, Área urbana, Fogesa, Funcovi, Ksanet, Gps, Ibosa, Ingescasa, Libra, Serprogesa, Tau y Domo. Si en algo coinciden estas 12 empresas que integran es que en Madrid no se está trabajando por parte de la administración para agilizar nuevo suelo, y que en un plazo de cinco a diez años pasará factura: «Retener desarrollos que están todavía verdes, como pueden ser Los Berrcocales o Los Ahijones (por no hablar de otras macrooperaciones todavía más verdes, como la de Calderón o Chamartín) solo llevará a que el precio del suelo disponible suba y en definitiva a la especulación», asegura Roberto Jimenez, presidente de la AGV.

Respecto al stock de viviendas ya construidas, aseguran, no es oferta suficiente para satisfacer la demanda. Gran parte del stock se encuentra en zonas limítrofes de Madrid, y son paquetes de vivienda muy complicados de vender. El cliente de hoy, señalan desde la asociación tiene más claro que nunca lo que quiere. Tras la crisis el comprador enfoca la compra con unas intenciones muy acotadas y no busca vivienda en abstracto, busca una localización concreta, unos metros cuadrados que se adaptan a sus necesidades y un tipo de comunidad con determinadas características.

El problema por tanto es que oferta y demanda no están cuadrados, y la última se queda insatisfecha porque no encuentra nuevos desarrollos que puedan ofrecerle lo que está buscando.